No hay lluvia, frío o tormenta; invierno, vendaval o noche.
Amanece, y con los primeros rayos del alba, estaré yo.
Da igual cuántas sean las heridas o derrotas.
Siempre tendré unas zapatillas Nike, un chandal Adidas, una sudadera ancha y el mp3 bombeandome música hasta la extenuidad.
No importa cuanto dure, no importa cuanto duela.
Después de cada derrota... una rodilla y luego la otra.
Al final lo he descubierto.
He sobrevivido a toda mi propia vida, y con el paso de los días, sólo encuentro una versión mejorada de mi propia anatomía.
Y al ring de nuevo.
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