Cuando te vas haciendo mayor aprendes a mentir. Podemos negarlo, pero con el tiempo... la verdad se vuelve innegable.
Mentir es necesario.
Entenderlo es fácil: Si te cruzases con una persona que te rompió el corazón hace una semana y esta te preguntase - "¿Qué tal te va todo?" - sólo habría una única respuesta posible: "Yo estoy genial ¿Y tú? ".
Da igual lo que sientas, da igual lo que lleves por dentro. Le arracanrías la cabeza, pero en vez de eso sonríes e intentas mantener la compostura.
Mentir es necesario. De no hacerlo seríamos un cristal llano y transparente, un escaparate permanente de nuestros sentimientos. Un blanco fácil para los demás.
Somos personas, tenemos sentimientos. Todos, uno por uno... sufrimos... caemos... lloramos. No hay opción en ello, no es algo que puedas elegir no hacer. Sentir, para bien o para mal, forma parte de nuestra condición humana. Es lo que nos mantiene calientes, con vida, con luz.
Sentir o no sentir no está en nuestra mano. Ocultarlo, sí.
¿Ves la sonrisa que hay en mi boca?
Esconde las palabras que no brotan.
Los amigos que creen que soy afortunado
No saben que mi cabeza está hecha un lío.
No saben quien soy en realidad
Y no saben por lo que he pasado.
Pero tu sí
Estoy hecho para ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario